Orlando, FL – Murió aquí el cantautor dominicano Dhario Primero, informó su familia a través de la disquera R.R. Entertainment Music. Tenía 73 años.
El artista, conocido como el “Sandro de América” dominicano, fue un ícono de la balada romántica y una figura fundamental en la historia de la música popular.
Falleció tras una batalla contra el cáncer de pulmón y problemas cardíacos.
SU TRAYECTORIA
A lo largo de su enigmática y prolífica carrera, que abarcó más de cuatro décadas, grabó más de 15 álbumes de larga duración y compuso, junto al compositor dominicano Rafael Américo Reynoso, innumerables temas que abordaban el amor, el desamor y las emociones humanas con una sensibilidad única.
Durante las décadas de los 80 y 90, se consolidó como uno de los baladistas más elegantes y admirados del país, ganándose el cariño del público con éxitos inolvidables como “Mi Manera”, tema que alcanzó el puesto número 1 en las listas de Billboard en Puerto Rico, permaneciendo en cartelera durante más de 32 semanas.
Entre los temas más emblemáticos de su repertorio se destacan:“Sed de Amor”, “La Distancia es Solo una Prueba”, “Yo Volveré”, “Un Cigarrillo, Una Guitarra y Una Pena”, “El Amante”, “Dolor”, “Por Ti Mujer”, “En Memoria a Mamá”, “Yo Soy Así”, “Madre, Oye Mi Voz” y “Amar Sin Razonar”, entre muchos otros.
PREMIADO
En 1997, fue galardonado con el Premio Casandra (hoy Premios Soberano) al Mejor Video del Año por su conmovedora obra “Tío Juan”. Y en 2004, lanzó el álbum «De: DharioPrimero Al: legendario Sandro de América… Tributo», una producción compuesta por 14 temas y un popurrí de más de 10 canciones. El propio artista declaró que realizar ese homenaje en vida a su ídolo fue “un sueño hecho realidad” y que, después de ello, «podría morir tranquilo».
Más allá de su carrera musical, Dhario Primero también incursionó con éxito en el ámbito empresarial, dejando huella en su ciudad natal, Santiago de los Caballeros, donde fue propietario de dos icónicos centros de entretenimiento: Discoteca La Mansión y Rolly’s Restaurant & Pizzería.
Antes de partir, dejó como testamento artístico una última composición dedicada a su tierra natal, titulada “Triste Inventario”, una canción que simboliza su despedida y amor eterno por la República Dominicana.