POR JOSE AQUINO A.
La energía solar es la principal fuente de energía para nuestro planeta: sustenta el clima, la meteorología y la fotosíntesis, procesos esenciales para la vida en la Tierra.
De manera similar, los seres humanos requerimos energía adicional a la obtenida de los alimentos para realizar nuestras actividades cotidianas. En hogares, industrias, servicios o transporte, la energía eléctrica se transforma en trabajo útil, calor o frío mediante máquinas y dispositivos diversos.
Se trata, pues, de un atributo fundamental de la materia que subyace a todas las transformaciones naturales.
De la Revolución Industrial a la Era Digital
La humanidad ha atravesado épocas clave de innovación energética y tecnológica:
a) 1765 Primera Revolución Industrial (mecanización).
b) 1870 Segunda Revolución (electricidad).
c) 1969 Tercera Revolución (informática).
d) 2020 Cuarta Revolución (digitalización acelerada por la pandemia).
Hoy, con la irrupción de la inteligencia artificial, muchos expertos señalan el inicio de una quinta fase industrial, marcada por la colaboración humano-máquina, automatización y eficiencia. Este contexto impulsa la demanda de infraestructuras críticas, como los centros de datos.
Ahora ¿qué es un centro de datos?
Según AWS y el Uptime Institute, un centro de datos es una instalación física que alberga sistemas de TI (servidores, redes, almacenamiento) para garantizar la continuidad de servicios digitales. Clasificados en niveles TIER I a IV (según redundancia y resiliencia), estos espacios son el corazón de la economía digital.
Los centros de datos consumen hasta 50 veces más energía por superficie que un edificio de oficinas tradicional. A nivel global:
– Representan 1-3% del consumo eléctrico mundial (Agencia Internacional de Energía).
– Demandan 90 mil millones de kWh anuales, cifra que crece con la explosión de la nube, el IoT y la IA.
El desafío energético:
– Los sistemas de IA podrían absorber 20-30% de la energía de los centros de datos para 2030.
– La migración a la nube reduce la necesidad de infraestructuras físicas, pero incrementa la demanda eléctrica en zonas con hubs digitales.
República Dominicana: Oportunidades y retos
El país muestra un crecimiento económico sostenido (triplicando el promedio regional en dos décadas, según el Banco Mundial), pero enfrenta desafíos en su sector eléctrico:
a) Reformas urgentes: Transparencia, diversificación de la matriz energética y acceso a energía asequible.
b) Crecimiento de centros de datos:
– 2016: KioNetworks obtiene certificación Tier IV (primera en el Caribe).
– 2018: Inauguración del centro de datos del Estado.
– 2023: Bancos como Popular y BHD, logran certificaciones Tier III.
– 2025: Banco Popular alcanza el estándar Tier III Operations Gold y DCOS 4.
En conclusión:
República Dominicana debe sincronizar su expansión energética con el crecimiento económico para:
1. Evitar desbalances entre oferta y demanda.
2. Atraer inversiones en centros de datos que consoliden su posición como hub digital regional y que permita a linearse a la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (ENIA)
3. Adoptar energías limpias que mitiguen el impacto ambiental de esta infraestructura crítica.
De modo que, la planificación estratégica en energía no es solo un imperativo técnico, sino una ventaja competitiva para el desarrollo nacional.